lunes, 14 de enero de 2019

Así nos fue la ruta Nº 9 Marbella -- El Juanar



13 Enero 2019.

Primera ruta después del turrón que a algunos se le atragantó y a otros le sirvió para soltar lastre de las existencias navideñas.

La caminata comenzó en el camposanto marbellí de una bonita mañana, que pronto sería recreada con la sorpresiva visita a la cascada de Puente Palo, que nuestro guía Alberto Escalona nos tenía reservada como inicio de la ruta.



Tras el paso por la cascada comenzamos una ligera ascensión hasta las Casas de las Minas, donde se realizó una pequeña parada para desayunar y donde las dos rutas programadas se separaron para iniciar ritmos y recorridos diferentes.

La ruta A dirigida por Alberto Partió en primer lugar con paso vivo hacía Puerto Rico el Alto, Casa del Guarda y el puerto de Juan Benítez, donde algunos senderista se separaron para unirse con el otro grupo.








A medida que se ganaba altura las panorámicas iban ganando en belleza y extensión hasta llegar al deseado alto del puerto de las Allanás, base para la subida a la Cruz del Juanar e inicio de la bajada hacia el olivar del Juanar.


Desde aquí nos dirigimos hacía el mirador del Corzo, punto de encuentro con los compañeros de la ruta B y lugar asignado para reponer fuerzas.
 



El grupo de la opción B, ruta un poquito menos sufrida y dirigida por el compañero Diego Gutiérrez, partió a continuación con una subida constante también hacia Puerto Rico.

Aunque el ánimo y las ganas de andar no faltaban, en cuanto el sol comenzó apoderarse de la mañana, el calor fue mermando fuerzas. Si bien el ritmo tranquilo y alguna que otra parada brindada por el guía permitía recuperar la respiración y ritmo cardíaco.


Ya cerca del mirador de la cabra se unió el grupo de compañeros de la ruta A que optaron por modificar su elección y unirse a este segundo grupo. Tras una pequeña visita al mirador de la cabra, con sus vistas espectaculares a Marbella, se continuó hacía el otro mirador del recorrido donde se esperó al grupo procedente del puerto de la Allanás y donde se dio merecidamente cuenta de las viandas traídas.


Después de recuperar fuerzas quedaba la guinda del día, la subida a los Tajos Negros, un lugar en el que las vistas de la costa bien merecían el último esfuerzo y donde solamente los valientes y los sobrados de fuerzas pudieron culminar la recorrido.






En resumen una bonita y cañera ruta la ofrecida por nuestro compañero Alberto Escalona y que como en las vueltas ciclistas constituye una de las etapas reinas de la temporada.