27 Enero 2019.
Dos bonitas rutas las que
tuvimos ayer por los alrededores del Chorro, guiadas magistralmente por los
compañeros Jesús y Amador.
A la orilla del embalse del
Tajo de la Encantada nos dividimos en dos grupos, uno para encarar la subida al
Pico de Huma y otro para ascender al cerro de la Mesa y visitar la ciudad
mozárabe de Bobastro.
El primero en iniciar la
marcha fue el grupo del Pico de Huma, que con paso firme y constante comenzó la
subida por el Camino de las Pedreras hasta alcanzar las escaleras árabes, con
un pequeño descanso para desayunar.
Pasadas las Pedreras y
atravesado el Corredor del Sabucón nos enfrentamos a las paredes del macizo del
Huma, que con ritmo pausado y constante y la ayuda de los cables, nos
llevó a los tajos del Estudiante.
Una vez aquí y después de
disfrutar de las maravillosas vistas del entorno afrontamos, con la compañía
del fuerte viento que hizo presencia, el último repecho del camino hasta
alcanzar el Pico de Huma, donde realizadas las fotografías de rigor corrimos a
buscar un abrigo para poder refugiarnos y reponer fuerzas.
Terminada la comida,
y con el agasajo de los bombones enviados por nuestro compañero Rafael Barbudo
( presente y echado de menos en todo momento en las caminatas), iniciamos el
descenso por una fuerte pendiente hasta la zona del cortijo del Campano Chico.
Desde aquí y con la presencia
del Pico Capilla y la Sierra de la Chimenea frente a nosotros comenzamos el
rodeo de la Sierra de Huma para alcanzar de nuevo El Haza del Rio y bajar hasta
el Chorro, donde dimos cuenta de las cervecitas y cafetitos de rigor.
El otro grupo con dirección
contraria pero con ganas de andar y algo de fresquito por el fuerte viento que
les acompañó durante toda la ruta, iniciaron su caminata que les llevaría del
Chorro hasta las ruinas del enclave de Bobastro.
Donde en este espectacular
escenario dieron cuentas de sus viandas y repusieron fuerza.
Posteriormente se asomaron
al mirador de la encantada con sus espectaculares vista aéreas hacia la Sierra
de Huma y el Chorro.
Tras un incómodo descenso
por el estado de la pista que forma parte del GR de Ardales al Chorro, llegaron
a este lugar donde se encontraron con los compañeros de la ruta alta y donde pudimos
disfrutar todos juntos de un merecido refrigerio antes de comenzar la vuelta a
casa en nuestro autobús.