17-18 Mayo 2019.
Este fin de semana Camino y Jara se puso las botas de
montaña y se fue a Sierra Nevada.
Con puntualidad británica, a las 9.00 h de la mañana se
partió hacía Capileira, lugar de inicio de la andadura programada, y tras una
breve parada en el Restaurante La Brasa de Vélez de Benaudalla, lugar de nacimiento
de nuestro compañero Pepe Alcalde y puerta de la Alpujarra granadina,
continuamos hacia nuestro destino, al que llegamos sobre las 13.30 h, con
tiempo suficiente para comer, abastecerse y realizar una alguna pequeña visita
a la localidad hasta la hora de coger la lanzadera que nos llevaría hasta
Puerto Molina.
En la Hoya del Portillo un grupo de compañeros se bajaron
para iniciar la marcha hasta el alberque de Poqueira el resto continuó hasta Puerto
Molina, donde iniciaron el recorrido hasta el refugio, al que se llegó, con un
tiempo frio y ventoso, a través de un bonito sendero que tenía como fondo la cuerda nevada del Veleta.
El domingo, se formaron dos grupos, uno con dirección y
subida al Mulhacén y otro con rumbo al circo de Siete Lagunas.
El primer grupo formado por siete compañeros adelantó su
desayuno y partida, con el objetivo de alcanzar al segundo en la cañada de
Siete Laguna o en la bajada hacía Trevélez.
El segundo grupo formado por el resto de senderistas, una
vez terminado el desayuno, comenzó el recorrido a las 8.20 h de la mañana.
Durante toda la subida, dirigida magistralmente por el guía
de la ruta, Amador, el ritmo fue tranquilo y constante, permitiendo
una cómoda ascensión.
Durante la ascensión, el Veleta y su nevado cordal vigilaron
continuamente nuestro avance, lo que representaba un gozo para la vista.
.
Continuamos descendiendo cuidadosamente por las Chorreras Negras,
donde el recreo de los sentidos continuó con el salto de agua de la laguna Hondera.
Una vez reagrupados seguimos por el río Culo de Perro
hasta alcanzar el Prado de las Yeguas, donde contactamos con el primer grupo y realizamos
una parada para comer.
Allí nos enteramos que tuvieron un contratiempo y no alcanzaron
el pico del Mulhacén, quedándose, a tiro de piedra, en el Mulhacén II.
Una vez terminada la comida, cruzamos el río Culo de Perro, con alguna dificultad para encontrar el lugar posible y continuamos el interminable descenso, pasando por el refugio de la Campiñuela, la acequia Gorda, el mirador del valle de Trevélez, la piedra Redonda y varias fuentes y barrancos hasta la entrada del pueblo, el cual atravesamos por sus empinadas calles, con un desnivel, a sumar a los anteriores 1500 m, de más de 100 m, hasta la carretera, donde pudimos refrescarnos con las fresquitas cervecitas del momento.
Una vez terminada la comida, cruzamos el río Culo de Perro, con alguna dificultad para encontrar el lugar posible y continuamos el interminable descenso, pasando por el refugio de la Campiñuela, la acequia Gorda, el mirador del valle de Trevélez, la piedra Redonda y varias fuentes y barrancos hasta la entrada del pueblo, el cual atravesamos por sus empinadas calles, con un desnivel, a sumar a los anteriores 1500 m, de más de 100 m, hasta la carretera, donde pudimos refrescarnos con las fresquitas cervecitas del momento.
En resumen una espléndida y preciosa ruta, un bonito día,
a pesar del frío y viento mañanero, un agradable ambiente, una magnífica compañía
y un encantador fin de semana organizado por nuestro compañero Amador, al que
solo le faltó un lance con Jamón trevéleño para bordar la faena.