Después de tres horas de viaje llegamos a la zona
recreativa del Robledal, punto de partida de las dos rutas programadas, una a la
Maroma y otra a Alhama de Granada, guiadas por los compañeros Pepe y Amador.
Una vez aprovisionadas energías para los caminos
correspondientes se iniciaron las dos rutas.
La
ruta A tomó la pista que
se dirigía al arroyo de los Presillejos y con un ritmo constante y una
pendiente moderada comenzamos al ascensión hacia nuestro objetivo del día, el
Pico Tejeda o Maroma, pronto nos encontramos con una alberca que actualmente se
encontraba sin agua.
El camino era un bonito bosque de pinos, que nos hacía la
marcha más agradable. Antes de llegar a los Barracones pasamos por una fuente
dónde algunos senderistas aprovecharon para refrescarse.
El recorrido hasta el barranco del Selladero fue
llevadero, pero a partir de este punto las fuertes pendientes empezaron a hacer
acto de presencia y hacer mellas en algunos de los senderistas.
Paramos en el collado del Selladero a contemplar las vistas que nos brindaba y reponer fuerzas
para continuar por un nuevo terreno dónde la vegetación que habíamos tenido nos
abandonó y fue sustituida por un camino pelado de suelo calizo y sin sendero
definido, aunque las fuertes pendientes siguieron acompañándonos hasta un
pequeño circo que nos sirvió de refugio para comer.
Después de reponer fuerzas y con el ánimo crecido por la
cercanía de la cima de la Maroma, iniciamos el último trecho que nos llevó al
vértice geodésico de la Sierra de Tejeda.
Una vez alcanzado el pico y realizadas las fotografías de
rigor iniciamos el camino de vuelta hacía los Tajos del Voladero, dónde lo exigente
del terreno y el ritmo de la marcha resultaron algo delicado para algunos
senderistas.
Una vez pasada esta zona nos dirigimos hacía el Salto del Caballo y hacía la vereda que pasando por el mirador del Valle del Temple nos
llevaría de regreso al robledal.
La Ruta
B,
Robledal - Alhama de Granada, después de desayunar en el área recreativa del
Robledal, como estaba previsto, y algún incidente con la procesionaria de
los pinos, como no estaba previsto, iniciamos, el pequeño grupo que no se atrevió
con la ruta Alta, la ruta hacia la pantaneta del río Alhama.
Dejamos a nuestra espalda la Maroma y circundamos los
cerros de la Alcaiceria repletos de almendros y viñedos, a través de una amplia
y cómoda pista, primero con una pequeña y suave pendiente ascendente y luego en
descenso también suave hasta alcanzar el Río Alhama.
Bordeamos la pantaneta y nos introdujimos en el camino de
los Angeles por el interior de los
espectaculares tajos de Alhama, recorriéndolos hasta las escaleras que dan
acceso a “las mazmorras” y por allí llegamos al centro urbano del pueblo, después
de realizar unos 13 kms. en algo más de
tres horas y media.
Aquí tuvimos ocasión de probar la especialidad de la zona
“el choto”, que regamos con la cervecita de rigor.
Disfrutamos de nuestra tranquila ruta, con buen humor y
mejor ambiente.