23 Febrero 2020.
Bonita y emotiva ruta la que
se celebró ayer en recuerdo de nuestros compañeros Juan Antonio y Mari Angeles.
Como de costumbre y
tempranito nos dimos cita en Muebles Joya para tomar el autobús que nos
llevaría al centro del Torcal de Antequera, punto de partida de las dos rutas programadas, una de
dificultad alta y otra moderada. Sendero que había sido propuesto por Juan
Antonio y que con su fuerza y voluntad envidiable había preparado antes de
dejarnos.
Después de tres horas de
autobús y con la niebla todavía entre las montañas llegamos al área de interpretación
del Torcal, donde nuestro presidente Amador y el compañero Pepe Manzano
tuvieron unas palabras de recuerdo y dedicatoria de la jornada hacia nuestros
compañeros ausentes, acompañado de un minuto de silencio.
A continuación y en el mismo
lugar tomamos el desayuno y una vez terminado se iniciaron las marchas de las dos
rutas. La moderada dirigida por Amador realizó un recorrido semejante a la
alta, salvo la subida al Camorro que fue compensada con un paseo por el Torcal.
La alta que, guiada por Pepe Alcalde de una manera admirable, nos condujo hasta
la cima del Camorro en la Sierra de Chimenea.
Atravesamos el Torcal por la
ruta Amarilla, recreándonos en las magníficas formaciones que la naturaleza ha
modelado en sus rocas, hasta llegar al camino de Málaga Antequera. Antes de
salir del Torcal ya se podía divisar la Sierra de la Chimenea con su pico del
Camorro.
Con un ritmo continuo pero
sin pausa nuestro guía Pepe Alcalde, auxiliado por Christelle como escoba, nos condujo camino de nuestro objetivo. Hasta el
cortijo de Fuenfría el recorrido, salvo por las piedras del terreno, era
cómodo, pero a partir de aquí las fuertes pendientes hicieron acto de presencia
y hubo que esforzarse en la marcha.
Al llegar a la cima el empeño
se vio compensado con las preciosas vistas del entorno, desde las más cercanas hasta
las cumbres nevadas de Sierra Nevada.
Terminada la sesión visual
se realizó una parada para comer y recuperar fuerzas, unos en la parte alta de
la cima, aireados y con bonitas panorámicas, y otros en la zona baja, con menos
vistas pero resguardados del viento. Durante la comida el compañero Rafael Barbudo
se quiso unir al día especial y nos envió sus bombones para participar en el
evento.
Aminorado el peso de las
mochilas reanudamos el camino de vuelta, esta vez de bajada, contemplando el
verdor de los campos y dirigiéndonos hacia el cortijo de los Navazos y el
puerto de las Escaleruelas con un rápido y alegre paso.
Al llegar a la pradera de la
Casilla de la Carihuela realizamos una pequeña parada de reagrupamiento y desde
aquí, por la llanura de la base de Sierra Pelada hasta el nacimiento del río de
la Villa, Pepe y la compañera Isabel en cabeza marcaron un ligero ritmo que nos
hicieron entrar en calor a pesar del fresquito que comenzó a levantarse.
Al llegar a la zona
recreativa del nacimiento del río de la Villa, donde nos esperaban los
compañeros de la otra ruta, pudimos disfrutar de la merienda que, con el
trabajo generoso de Charo y Pepe, la directiva había preparado.
Hermosa, atractiva y agradable
ruta que nuestro compañero Juan Antonio nos había preparado antes de despedirse
y que esperemos que desde algún lugar especial siga con nosotros infundiéndonos
la alegría, el valor y la voluntad que siempre tuvo.
Hasta siempre Compañeros.